lunes, 8 de diciembre de 2008

El barrio más comercial y cosmopolita de Chile.


Para ver la totalidad de las fotos, pueden ir a: http://www.ventana-sobre-patronato.blogspot.com/

Patronato es un pequeño barrio ubicado al Sur de Recoleta, una comuna situada un poco al norte de Santiago Centro. A través de la historia, este barrio ha construido una identidad realmente propia. Ahora, el sector es conocido por ser barato, comercial, cosmopolita, y peligroso.

Por Yoan Hentgen.

¿Patronato? ¡Un barrio muy comercial y barato, con muchos árabes y coreanos!”, señala el chofer de taxi. Esta es la manera general de describir Patronato. La municipalidad de Recoleta ubicada un poco al norte de Santiago Centro, del otro lado del río Mapocho, considera ese barrio como “el más comercial y cosmopolita de Chile”. Es lo que está escrito, también, sobre letreros en todas las intersecciones de calles. Si Patronato tiene ahora esta cara es porque su historia ha incidido en eso. Ahí siempre ha vivido una población pobre y marginal, pero han sido, sin embargo, habitantes capaces de desarrollarse sin ayuda.

La historia de Patronato comienza con el nacimiento de Santiago en 1541. Desde el principio, indígenas y españoles muy pobres llegaron a instalarse en una zona que en esa época se llamaba La Chimba. Aislado del resto de la ciudad por el río Mapocho, los habitantes del barrio aprendieron a ser autosuficientes y a desarrollarse por sí mismos. Tres siglos más tarde, los árabes, mayoritariamente turcos, hicieron lo mismo cuando llegaron a Chile: fue el comienzo del comercio moderno en Patronato.


Patronato, el barrio "cosmopolita de Chile", es realmente el resultado de una mezcla de las culturas.

Desde esa época, la industria textil ha dominado el barrio. Porque luego llegaron, además, japoneses y coreanos. Después fue el turno de los hindúes y los chinos, que aún están instalados. Hoy, en realidad, no existe una mezcla de culturas, sino que las comunidades conviven entre ellas sin realmente hablarse. Así, hay una mayoría de dueños coreanos que tienen sus comercios en la calle Dardignac y al norte de la calle Patronato, mientras que los árabes están en Santa Filomena. “Es verdad que hay un tipo de separación, pero la división no es tan marcada”, relativiza Germán Campos, un vendedor de maní en Patronato con Asunción. Durante todos esos siglos, Patronato parece haberse desarrollado en un lugar coherente y funcional, sin las políticas públicas y urbanísticas. Es lo mágico de la “mano invisible” según Adam Smith, es decir, que se llega al bienestar de la sociedad dejando los egoísmos individuales actuar. Es por eso que la municipalidad, con sus acciones, se cuida de no impedir las iniciativas privadas. Es una manera preservar la identidad propia de este barrio cargado de historia.

“Una fuerte rivalidad”

El negocio ha construido realmente la identidad del barrio. Ahora cuenta aproximadamente con 500 locales comerciales. Hay un importante predominio del comercio en el sur-oeste del barrio, particularmente en las calles Santa Filomena, Patronato, Asunción y Dardignac. El sur-este es más una mezcla de comercios y viviendas mientras el norte-oeste, aunque es comercial, tiene muchos talleres de confección. En cambio, el extremo norte-este es bastante residencial.

Todos esos locales comerciales se hacen una competencia muy dura. “¡Competencia! ¡Competencia! ¡Son negocios!”, exclama Germán Campos sonriendo. Lejos de la amistad perfecta, parece que los vendedores tienen una guerra entre ellos por capturar la mayor cantidad de clientes posible. La gente involucrada en el comercio quiere relativizar la situación, como Dina Maza, una vendedora de ternos en la tienda Majestyc en Santa Filomena. Ella dice que “la competencia se desarrolla en un buen ambiente, no se siente una fuerte rivalidad”. Viterlo Avila, un vendedor de ropa callejero, tiene una opinión radicalmente distinta y asegura que no tiene “problema de competencia, porque lo que él hace, no lo hacen sus vecinos”.

Sin embargo, cuando se observa bien el barrio, aparece el contrario: se pueden ver calles llenas de tiendas y kioscos que venden ropa parecida. La verdad es que Patronato, a causa de esas semejanzas, presenta un mercado con tensiones sobre los precios. Un ejemplo claro de esto son algunos comerciantes que abren tiendas solamente para hacer operaciones de liquidación y ganar mucho dinero antes de salir y dejar el espacio a otros inquilinos. “Esos oportunistas matan el mercado (empujando a los precios a la baja)”, exclama una de las vendedoras de Sen, una tienda de ropa femenina ubicada en la calle Patronato. La municipalidad no hace muchas cosas, solamente parece preocuparse de aumentar el control sobre las ventas ilegales de varios productos en las calles. Por lo mismo, en el momento que se ve un auto de Carabineros, todos los vendedores ilegales vuelven a embalar muy rápidamente sus cosas en varias bolsas. Uno de ellos dice sonriendo, como queriendo legitimar su acción: “¡Pertenecemos también al encanto del barrio!

Este lugar comprende estrictamente el espacio entre las avenidas Santa Maria y Recoleta y las calles Loreto y Dominica. Éste es el sector que oficialmente en la municipalidad se llama “unidad vecinal numero 34”. Una que se he ido vaciando: el barrio tenía solamente 2.009 habitantes según el censo del 2002, mientras que en 1992 tenía 2.725. Los habitantes de Patronato disminuyen porque cada vez más locales son rentados a gente que quiere hacer negocios. “En Patronato vive poca gente”, explica Paulina Ahumada, asesora urbanista para la comuna de Recoleta. Otra de sus características es que la altura de los edificios, en su mayoría viejos, con más de 60 años, no pueden sobrepasar los cuatro pisos. La mayoría tiene dos.

Doce mil al día

El barrio está envejeciendo. Cambia gracias a los arrendatarios y dueños comerciales, pero no por habitantes fijos. El mismo fenómeno se repite en toda la comuna, que ha visto aumentar su población de más de 65 años, de 7,7% en 1992 hasta 10% en 2002. Lo mismo pasa en Patronato, pero con más fuerzas. La estructura demográfica ya no es en forma de pirámide, sino más bien de peonza.

Es por eso que la municipalidad, en plan de revivir el barrio, intenta crear planificaciones para entregar departamentos dentro de Patronato. Claro que por el momento, la supervivencia del barrio, la actividad, la vida que tiene, está dada por su población flotante: 12 mil personas circulan diariamente por aquí.



Cada día, 12.000 personas caminan por las calles del barrio Patronato


Los negocios necesitan sus clientes. En ese aspecto, es interesante ver las diferencias del mercado de la semana y el que funciona el fin de la semana. Para las vendedoras de Sen, “hay harta diferencia ya que durante la semana se compra al por mayor y el fin de semana al detalle”. Entonces, durante la semana la cantidad de ventas son menores. Pero como dicen las mismas dependientes, “cada una de ellas es muy importante”. Dina Maza añade que “en el fin de semana hay más movimiento porque la gente tiene más tiempo para ir de compras”, lo que confirman tres amigas de liceo en la calle Asunción: “¡No podemos venir durante la semana porque trabajamos desde el lunes al viernes de la mañana a la tarde!” Señalan también: “¡Aquí es muy barato!

El sábado también representa la salida en familia. Ricardo Urutia, un vendedor de comida china, cuenta que “el sábado representaba el doble (de ingresos que) de un día normal de la semana”. Pero el aumento de estos no es tan evidente en todas las tiendas ya que es obvio que el comercio de comida china no pertenece a las tiendas que hacen las ventas por mayor. Las vendedoras de Sen afirman que aunque el sábado sea un día muy concurrido, no ganan tanto porque la gente parece estar allí más para pasear y ver que para comprar. Así, el sábado se ven mucho más parejas, y también niños que invaden las calles con gritos de felicidad o de sonrisas. “Estamos aquí para comprar ropa a mi hija”, dice un padre acariciando las cabezas de sus dos hijos, “solamente venimos el sábado”.

Queda claro, entonces, que Patronato es un buen lugar para ir de compras. El otro lado de la moneda de esto, es que se ha convertido en un barrio delictivo. La 9ª Comisaría de Independencia lo muestra en cifras. En 2007, 237 robos con fuerza y 135 hurtos fueron denunciados en Patronato, lo que representa un aumento de la violencia en relación al 2006. Pero la gente no parece preocupada por esas cifras y no deja de ir al barrio. El Mayor Guillermo Ceballos Urzua, comisario del 9ª Comisaría de Independencia, explica este hecho por varias razones. Primero según él, “el barrio mas problemático no es Patronato, sino que Bellavista”. Aunque es verdad que hay mas robos en Patronato a causa de la concentración importante de gente que tiene plata para comprar ropa, es en Bellavista donde se registran la mayoría de los delitos sexuales, violencia intrafamiliar, de los lesiones y de consumo de droga y de alcohol. Esto se explica fácilmente con la concentración importante de bares.

El comisario agrega que “los robos tienen lugar, sobretodo, alrededor de las estaciones Patronato y Cerro Blanco. La gente lo sabe y se cuida.” Claro que tiene un mensaje tranquilizador y afirma que ahora existe un cuartel de vigilancia en el cruce de la calle Patronato y de la calle Asunción “para llevar un poco mas de seguridad a las personas”, y añade por último que “hay barrios que son mucho mas problemáticos”. La vida puede seguir…
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1 comentario:

Monica dijo...

antes de vivir en mi alquiler temporario en recoleta vivía en Chile. un gran lugar, esta entrada me hace recordar mi infancia